Una indisposición pasajera, (en principio, luego resultó ser algo con lo que he de convivir de por vida), me regalo hace aproximadamente dos años mucho tiempo libre. Para una persona como yo, acostumbrado a estar siempre metido en cincuenta mil historias, a parte de la inquietud que genera la falta de salud, me supuso quedar tremendamente descolocado. Por suerte descubrí que había un mundo de posibilidades de matar el tiempo en eso de la Internet. Pero la verdad es que nunca me gustó lo de matar y mucho menos el tiempo, así que decidí que yo también podía tener un blog. El problema era, y sigue siendo, mi.... digamos, poca habilidad para manejar el/los idiomas escritos. Me arme de valor y creé el espacio de Fermin, con la firme intención de aprender a escribir. Luego vendría mi inquietud por el norte, el geográfico y el personal. Dos años después sigo sin saber escribir, pero he aprendido otras muchas cosas. Ahora se que se pueden hacer amigos sin haberlos podido tocar nunca. Que hay gente en el norte y en el sur, en el este y el oeste que, aunque no piensen exactamente como uno, aportan ese plus de conocimiento que el entorno inmediato no te puede dar. Que uno puede rastrear su norte y encontrar pedacitos aquí y allá. Porque lo mejor de estos dos años son esos 83 suscritos a mi bitácora y todos esos que figuran en mi barra lateral bajo el epígrafe "lecturas obligadas". Y es que ya no puedo pasar si saber que dicen y que piensan. Es evidente que uno genera más empatias con unos que con otros, pero todos y cada uno me enseñan. Unos desde la discrepancia, otros desde la complicidad.
Quiero aprovechar para explicar porqué, estando en Cataluña, esta propuesta está escrita en castellano y no en catalán. La razón primordial es que no domino el catalán escrito lo suficiente para expresarme. La segunda es que la búsqueda del norte geográfico y sus gentes exige un idioma común, así de simple y así de claro. Para quien le extrañe la necesidad de esta explicación, tan solo decir que uno, tiene y quiere tener, amigos que se expresan y quieren expresarse, en su idioma natural y alguna vez preguntaron el porqué en castellano.
Tan solo dar las gracias a todos aquellos que tenéis la paciencia y la deferencia de pasaros a leer mis neuras, batallitas, estados de ánimo, nostalgias y vivencias, especialmente a aquellos que dejáis, en forma de comentario, ese golpecito en la espalda cuando falla el ánimo, esa sonrisa, ese saludo... todos sabéis como se agradece ese calor humano.
Venga y después del dicursito, tomaros una copita de cava, eso si, cava catalán, por la salud y longevidad de Buscando el Norte
Nota: se aceptan caldos de otras latitudes, siempre y cuando pague quien los aporte.