Batallitas

Hoy al eterno buscador de nortes, conocidos y desconocidos, le vino a la memoria, cosa extraña; pues anda muy escaso de recuerdos pasados, le vino a la memoria digo, que una vez fue adolescente, adolescente y estudiante de "formación profesional, rama eléctrica". Recordó, baya usted a saber por que, a don "Pichuli", formador del espíritu nacional de los jóvenes estudiantes que caían por su aula. Don "Pichuli" no tiene nombre propio, en el rincón del cerebro del buscador donde se almacenan los nombres propios. Por siempre jamás está condenado a ser don "Pichuli". Recordó y vuelva usted a saber por que, aquella gala floral del 72 ¿ o fue en el 73?. Aquel grupo de "ganapias", ávidos de pasarlo bien, sin tener en cuenta lo que su irrupción, en medio del desfile de carrozas, pudiese tener de transgresor. Y "Pichuli", de nuevo el don, al que alguien, ademas de darle aulas de "formación del espíritu nacional", le había dado un micrófono en ¿una emisora de radio local?, ¿la emisora de radio local?, tampoco esto está registrado en el almacén de recuerdos del buscador. Ni falta que hace. Lo cierto es que don "Pichuli" haciendo uso de su micrófono puso a "bajar de un burro" a semejantes incivicos que, con sus payasadas, vinieron a deslucir tan magno acontecimiento. Despotricó contra los progenitores de esos salvajillos por no saber educar a su prole en las mas elementales normas cívicas y acabó su monologo radiofónico recriminando a maestros y educadores por no saber dar las más elementales pautas de comportamiento a los jóvenes de hoy en día. Pero había mas, por si su sesuda diatriba no había llegado alto y claro a la sociedad toda, ni corto ni perezoso, se dispuso a redactar un articulo de prensa, para la edición de su periódico preferido del día después, en los mismos términos y con la misma dureza hacia progenitores y profesorado todo, de semejantes revienta eventos. Ni que decir tiene que cuando esto llegó a oídos de los transgresores, el recochineo fue generalizado, más que nada por lo de la recriminación a maestros y profesores, pues entre los revoltosos había una muy importante representación de los que a su aula acudíamos. Y es que el periodista hablaba de oídas y por tanto no pudo reconocer a ninguno de sus discípulos.
El nuevo curso, como tantos antes y supongo que unos pocos después, de nuevo don "Pichuli" volvió a adoctrinar en "espíritus nacionales", pero esta vez, avisado de su metedura de pata, con alevosía y recochineo seguramente, por algún compañero de claustro al que le debía importar tres pitos el "espíritu nacional", decidió que no admitiría en su aula a melenudos incivicos, y emprendió una cruzada contra estos al grito de : ¡eh tu, pichuli! a mi clase no vuelvas más con esas greñas, o te cortas el pelo o el próximo día no entras en clase. Pero al día siguiente volvíamos y su recriminación era siempre la misma, ¡eh tu, pichuli!...
Esta es la panda. Si por un casual alguien, de los aquí retratados, se reconociese, por favor hágamelo saber, pocos son los que conservan nombre propio para el buscador.

Entre estos ganapias ando metido. ¿Alguien se atreve con una identificación?