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domingo, 3 de agosto de 2008

La meva altra "bella terra"

Invariablemente, siempre que la nostalgia de otros paisajes me invade, siento un remordimiento por no hablar de los paisajes cotidianos, de los que tanto he disfrutado, a lo largo de los treinta y tres años que hace que resido en estas "altres belles terres"
De entre esos bellos paisajes hay uno especialmente admirado, por sus panorámicas, por su historia y por sus leyendas.
Una de esas leyendas, la más conocida, nos habla de una reina mora. (Dedicada a pitufina, que aunque esta de vacaciones, en las paginas de su Leyendas de Pitufina, nos regala muchas y muy interesantes)

Abd-al-azia, la supuesta reina mora de la leyenda, era la esposa del valí de Siurana.
Mientras se peinaba y se perfumaba, fue sorprendida por los cristianos, con la espalda y los brazos desnudos.
Cuando la vieron los cristianos, se sorprendieron por su gran belleza y le prometieron la vida si se convertía al cristianismo. Ella les dijo que lo aceptaba, con una voz muy dulce, al tiempo que cogía un velo para cubrirse pudorosamente las espaldas. Solamente les pidió que le permitieran unos minutos para acabar de vestirse y así, poder ser bautizada.

Mientras los ilusos cristianos creían que se estaba vistiendo con sus mejores galas, bajó a las cuadras, tomó su caballo, lo montó y lo condujo hacia el precipicio; el caballo reculaba relinchando con fuerza delante del abismo.

Rápidamente, Abd-al-azia se arrancó el velo y tapó con él los ojos de esa noble bestia, al tiempo que lo castigaba en el vientre con sus talones y tiraba con todas sus fuerzas las riendas. El animal movía con desesperación su cuerpo y con fuerza mantenía sus patas encima de la roca. La reina viendo la resistencia del caballo le asestó un golpe aún más fuerte en el vientre y empezó a correr, pero de repente, justo delante del abismo se paró con suma brusquedad, dejando en la roca marcada la herradura de una de sus patas. Abd-al-azia clavó su espada en el suelo y el caballo, muy asustado, saltó y se perdió absorbido por el precipicio.

Aún hoy pueden apreciarse estas huellas en la roca.
Los guerreros cristianos vieron volar algunos instantes los velos blancos de la heroína. Así fue como desapareció la reina mora ante sus ojos. Todo el mundo corrió hacia el abismo y quedaron sorprendidos cuando miraron al fondo. Los árboles que salían entre las grandes rocas rojizas del margen, parecían haber engullido el cuerpo de Abd-al-azia y de su caballo, ya que desde arriba, no era visible ninguno de los dos.

Los guerreros, recularon cuando tomaron conciencia de este hecho y, girando la vista a su entorno, se preguntaban si realmente habían visto caer a la dama musulmana o si todo ello había sido un engaño producido por sus ojos.
Abd-al-azia había esquivado las garras de los vencedores para mantenerse en su admiración. Los decepcionó con un impulso insatisfecho y encarnó en adelante una sugestión perenne. Venció la muerte para adquirir una perpetuidad literaria. Los cristianos ganaron la batalla y la guerra, pero no pudieron reducir a la majestuosa doncella, que era su espíritu. Plantaron la cruz en la torre más alta del castillo, y derrumbaron la mezquita; tuvieron en posesión la roca; pero la muchacha los burló.
Su salto no es un salto hacia abajo, sino proyectado hacia el futuro, resistiendo el transcurso del tiempo.



Lugar conacido como: Salto de la reina mora

6 comentarios:

Eulogio Diéguez Pérez (Logio) dijo...

Donde yo nací y me crié hay una leyenda muy parecida que en el fondo debe ser la misma, lo sorprendete es la distancia entre una y otra.

Te hablo de la "Cantara da moura" un lugar en el que el arroyo Corzos se abre paso a duras penas entre las rocas y en el que hay un precipicio y una roca muy similar a la que muestras en la foto.

En esa roca hay dos surcos que dicen son los que una carreta dejó marcados de tanto tirar cadáveres al rio.

Mouro aqui no significa moro sino que hace referencia a misteriosos personajes prerromanos.

Jose Antonio dijo...

Por un momento pensé que había perdido el Norte.

Bonito cambio en el Blog.

Saludos.

fermin dijo...

Celebro que te guste. Yo no estoy del todo satisfecho.

Prueba1 dijo...

Hola Fermin :) Los que gustamos de entretenernos en mitos y leyendas, que son parte del folklore de todas las tierras, te agradecemos este relato que no hace menos que acercar culturas.

Un abrazo (Van Scribenz)

fermin dijo...

Denis, dicen algunos que detrás de las leyendas, se encuentra una historia real que con el paso del tiempo se magnificó, pero que hay algo de cierto en ellas.

Unknown dijo...

Aquí en Cantabria hay una historia muy similar, Se dice que la Reina Mora está sepultada en una profunda gruta de Lebeña (Liébana)... dicen que hay una Reina Mora de gran hermosura llorando cruel encantamiento...
Fue convertida para siempre en estatua de piedra sobre la que resbalan sus lágrimas... A la media noche recobra su aspecto natural y recorre las salas subterráneas... entre suspiros y sollozos... llamando a aquellos compañeros muertos en la batalla de Covadonga... y a los que... huyendo de la derrota hallaron su sepulcro en esta misma... Otros dicen... que esta Reina Mora... guarda en realidad un gran tesoro de valor incalculable... que las huestes de su pueblo hubieron de abandonar al huir hace siglos.
También cuentan que , guarda en su sima paisajes inéditos de variada condición.
Esta cueva en Lebeña existe y es denominada la MORA y creo que es un yacimiento paleolítico.

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