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lunes, 1 de diciembre de 2008

Joan Baptista Humet (In Memoriam)



Otro gran baladista que nos deja. Joan Baptista Humet, nacido en Navarrés... mejor dejo que se presente el mismo:

Como mi madre tenía plena confianza en su cuñado Agustín, médico titular de su pueblo, fue allí a parir a tres de sus diez hijos. Uno de ellos era yo.

Nací la noche del 4 de enero de 1950, en Navarrés, un pueblo agrícola del interior de Valencia. Volví en brazos de mi madre a Terrassa, la ciudad donde vivía la familia, ya numerosa por aquel entonces.

Mi padre era industrial de tejidos, tenía una fábrica de pañería que no resistió los embites de la crisis industrial catalana de finales de los 50 y tuvo que venderla. Creo que fue entonces que él empezó a sentirse libre.

Estudié once años en las Escuelas Pías de Terrassa. Acabé el Preuniversitario y en 1968 me fui a Barcelona, a 30 kilometros de allí, a estudiar Arquitectura. Llegué a tercero de primero. Es decir, repetí curso por dos años. Yo tocaba algo la guitarra, y seducido por el arte de Joan Manuel Serrat, que entonces emergía, junto a otros cantautores, como una isla bellísima en un mar de mediocridades de la España de la pandereta, decidí que quería dedicarme de lleno a la música, a componer y cantar mis canciones como ellos.

Reconozco que mis padres debieron sufrir cuando les anuncié que dejaba la carrera, pero hoy valoro el respeto y la confianza que mostraron hacia quien no era sino un chiquillo.

A los 18 años, en octubre de 1968, canté por primera vez, en un teatro de Terrassa. Fueron tres canciones junto a Serrat, y ahí me acabé de decidir. Todo estaba por hacer, pero ante mí solo se abrían posibilidades, magníficas posibilidades de actuar en directo en el contexto de la llamada cançó catalana.

Conocí entonces a Lluís Llach, y estuve actuando a su lado como telonero por dos años. En 1970, Columbia, una compañía de discos, me propuso mi primer contrato discográfico. Fue la época de temas escritos en catalán como Gemma, Busco una flor, Tonades, etc., y luego un long play llamado Fulls.

Eran temas de un adolescente con una gran carga de amor y sufrimiento encima. Creo que me subí, como tantas otras personas, a un escenario para vencer mi propia timidez. Yo era idealista, apasionado y sufriente por naturaleza. Pese a todo eso, Gemma se convirtió, en Catalunya, en un clásico de la canción de autor, de estilo indefinible y tierno.

En 1973 fui a hacer el servicio militar a Palma de Mallorca. Allí conocí a Loli, la mujer con la que me casaría dos años más tarde. Con ella tuve dos hijos, Joan y Esteve, aunque por respeto a ella, en casa se habló siempre castellano. Así había sido siempre en mi niñez; en casa de mis padres se habló castellano por idénticas razones, y era lógico pensar que yo acabaría componiendo canciones en castellano. Y así fue: la mili, junto a Loli, fue el escenario perfecto.

De ahí nació Diálogos, mi primer disco en lengua castellana, que grabé para Movieplay. El disco empezó a sonar con fuerza, primero en España y luego en México y algún otro país de latinoamérica. Destacó un tema por entre los demás, Que no soy yo, que le abrió muchas puertas a una pareja de recién casados sin otro equipaje que la confianza en el futuro.

Grabé luego, en 1977, un disco llamado Aires de cemento, menos jovial y positivo que Diálogos, pero más denso de contenidos, con un mayor compromiso social, según soy capaz de entender ahora. En ese disco sobresalía un tema que canté luego durante toda mi carrera: Terciopelo.

De ahí pasé de nuevo al catalán, con un trabajo que marcó la iniciación de un nuevo Joan, más preocupado por temas relacionados con la trascendencia y religiosidad del ser humano. Fue el que yo considero el trabajo más conseguido, más elaborado, el mejor disco que he compuesto en mi vida, llamado Fins que el silenci ve (Hasta que llega el silencio), con el que me presenté en el Palau de la Música catalana en 1979, entonces el sanctasanctórum para los cantautores.

Fue un tipo de obra, de planteamiento musical (una suite de 35 minutos), que sólo era posible realizar bajo dos supuestos: cuando tienes mucho poder en una compañía... o cuando interesas tan poco que te dejan a tu aire. Sea como fuere, el disco está ahí, se pudo grabar, y es un disco de culto para un tipo de gente que me interesa mucho: personas que se buscan a sí mismos, que saben que hay algo trascendente en el ser humano que va más allá de lo evidente. Si en su momento el disco tuvo poca difusión, sé que en la actualidad hay compañías que intentan reeditarlo. Ojalá, porque hoy ese mensaje tiene mucha más cabida que hace 25 años.

A continuación, en 1981, cambié de compañía discográfica y me fui a RCA, una multinacional. De la mano de Rafael Perez Botija y Manolo Díaz, como productores, grabé un disco definitivo en mi carrera, Hay que vivir. Era la primera vez que grababa fuera, en Londres, y todo era nuevo para mí. Fue un buen trabajo, una espléndida producción que recogió temas como Hay que vivir, Vaya con la vida, El extranjero, Dama de una noche y, sobre todo, Clara. Esa canción me ha acompañado siempre, desde entonces, y me permitió viajar a America en años sucesivos.

A continuación grabé Amor de aficionado, un disco lleno de recuerdos, un exorcismo personal, un disco que compuse en su mayor parte recluido en Navarrés. Los temas de mayor repercusión fueron A mi adolescencia, Volvió, Otoño en Navarrés y, sobre todo, Yo no podría vivir sin ti.

El último disco de aquella época fue Sólo soy un ser humano, que grabé en 1984. Fueron cuatro semanas espléndidas, grabando en Madrid de la mano de Kornell Kovack, un arreglista yugoslavo que, a pesar de las dificultades de idioma, entendió las canciones plenamente y les sacó todo su partido. El disco recogió temas como Ana pregunta por ti, Entramos en Acuario, La hora de las brujas y Hoy la vi, aunque la canción más conocida fue la que dio título al disco, Sólo soy un ser humano.

En 1986 presenté un nuevo disco a RCA. Fueron tiempos difíciles para mí. Ariola, otra multinacional, absorbió a mi compañía y fui llamado por el nuevo presidente de la sociedad resultante. Me dijo que había overbooking de artistas, que con otros cantautores provenientes de Ariola cubrían el cupo. Me dijo que dado que me debían dos discos, estaban obligados a grabarlos, y que para ello había pensado que el productor ideal para mi disco, que ni se dignó escuchar, era... un productor de flamenco. Ante una maniobra tan burda, a pesar de mi amor al flamenco, le pedí la carta de libertad, que me concedió con gusto.

Por aquel entonces yo estaba algo cansado de luchar contra mis propios molinos de viento, y decidí alejarme de la música por unos meses. Luego los meses fueron años.

En los años sucesivos monté una empresa especializada en temas de formación para empresas. Loli y yo nos separamos; vi crecer a mis dos hijos a cierta distancia. En 1989 me enamoré de Pier, mi actual pareja, con la que tuvimos a Pierangela, hoy con 10 años, que está fascinada con la llegada de Adrià, su tercer hermano, prevista para diciembre de este año, de 2004.

Nunca en todo este tiempo sentí morriña por la música. Ni siquiera en 2002, cuando, fruto de algún arrebato inexplicable, me puse de nuevo, en silencio, a componer. Hoy he creado mi propio sello discográfico, Validance", desde donde he producido Sólo bajé a buscar tabaco.

El cd lo he grabado en Barcelona, en los estudios BmasB, con arreglos de ese excelente pìanista y arreglista que es Josep Mas "Kitflus". En el disco han participado músicos de renombre, como David Palau, guitarrista del grupo de Alejandro Sanz, el percusionista Roger Blavià, integrante del grupo de jazz de Kitflus, el acordeonista Maurici Villavecchia o el guitarrista Miguel Pino.

Corro yo solo con el riesgo de mi vuelta, pero es también una aventura que me apasiona; me permite ser totalmente libre, como cuando mi padre se vendió la fábrica por cuatro duros. Algo que nunca fue posible en mi anterior etapa, y que seguramente condicionó mi marcha.

Es curioso: empecé en 1968, con 18 años. Canté hasta 1986, durante 18 años. Y ahora, 18 años más tarde, vuelvo al tajo. Que dure. (Extraido de su Web oficial. No he querido quitar nada, pues todo es muy interesante y es la mejor manera de saber quien era Joan Baptista Humet )
Ayer noche nos dejaba tras una larga lucha contra el cáncer. El concierto homenaje, programado para el próximo día 16 en el TNC (Teatre Nacional de Catalunya), se realizará igualmente, según ha informado a RAC1, la cantante y amiga personal de Humet, Marina Rossell.
Me hubiese gustado dejar su "Gemma", canción a la que le tengo un cariño especial, pero no la encontré. Dejo está "Clara", que tampoco es una mala elección.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Lamento mucho la muerte de este hombre, de una sensibilidad extrema, como demuestra en Clara, que me recuerda a todos los amigos muertos por culpa de la PUTA droga.

Lo siento, Fermín, es el segundo taco que suelto en un blog, y lamento que sea en el tuyo, pero me ha traído recuerdos muy dolorosos. ¡Un abrazo!

Eulogio Diéguez Pérez (Logio) dijo...

¡Maldito cáncer! ¿Cuando encontrarán la vacuna?

fermin dijo...

Max, ¿donde está el taco?, yo no lo vi.
Eulogio, si dedicaran el mismo esfuerzo a buscarla que el que dedican a fabricar armas, ya la tendríamos.

Anónimo dijo...

Seguramente.

Anónimo dijo...

Siento verdaderamente la pérdida de Joan.
En los tiempos que vivimos debería cobrar fuerza su canción "el extrajero".
Nos queda su música, su poesía...

ROSTAM dijo...

Qué bonita entrada! Me ha traído tantos recuerdos... Tenía una voz maravillosa y nos deja el testamento de algunas de las canciones en español más bellas. Gracias por trernoslo. No sabía nada de JBH y de repente me lo encuentro como un viejo amigo. Su música no muere. Un saludo.

Anónimo dijo...

Nos vamos quedando -los que ya peinamos cincuenta y pico de años canosos- sin los que fueron algunos de nuestros referentes musicales. En mi caso y entre otros, Hilario Camacho y Joan Baptista Humet. Aún me quedan Serrat, Victor Manuel, Sabina... Pero los que se van dejan un hueco irrellenable. "Habrá que hacerse a la idea". Un saludo cordial.

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